Estos cambios pueden ayudar a mantener la mente alerta y reducir el riesgo.

personas mayores jugandoA medida que envejecemos, nuestros cuerpos y estilos de vida cambian mucho. Uno de los mayores cambios ocurre en nuestro cerebro y esto puede afectar nuestra forma de vivir.

Con la edad, partes del cerebro pueden encogerse, la comunicación entre las células cerebrales puede volverse menos eficiente, el flujo sanguíneo puede disminuir y la inflamación puede empeorar después de lesiones o enfermedades, según los Institutos Nacionales de Salud.

En casos más graves, estos cambios pueden dañar las células cerebrales y contribuir a enfermedades como el Alzheimer. Estos cambios cerebrales pueden hacer que sea más difícil:

  • recordar cosas
  • Multitarea
  • Prestar atención
  • Aprender cosas nuevas

Pero no todos estos cambios son inevitables. Las investigaciones muestran que pequeños cambios en el estilo de vida pueden ayudar a mejorar la salud y el funcionamiento del cerebro.

Hábitos saludables para el cerebro

Aquí hay algunos consejos:

  • Mantenerse activo: Los ejercicios aeróbicos, como nadar, caminar, bailar y andar en bicicleta, pueden agrandar la parte del cerebro responsable de la memoria y el aprendizaje. Esto ayuda a mejorar su memoria espacial.
  • Come sano: Una dieta equilibrada puede reducir el riesgo de enfermedades que pueden provocar demencia, como presión arterial alta, diabetes y colesterol alto. La dieta mediterránea, que incluye muchas frutas, verduras, pescado y grasas saludables, también puede reducir el riesgo de demencia.
  • Mantén tu mente activa: Aprender nuevas habilidades y mantener el cerebro estimulado puede mejorar la memoria. Las investigaciones muestran que los adultos que aprenden cosas nuevas ven más mejoras en la memoria.

La salud del cerebro es crucial para los adultos mayores. Tomar decisiones de estilo de vida saludables puede reducir el riesgo de enfermedades cerebrales graves como el Alzheimer. Si nota algún problema con la función cerebral, es importante consultar a un médico. Pueden ayudarlo a identificar factores de riesgo y crear un plan de tratamiento.