

Diel luego notó que el lunar comenzó a cambiar de forma y color. Se lo mostró a una amiga que trabaja para St. Mary's Physician Associates, y su amiga la remitió de inmediato a David W. Shepherd, MD, cirujano del personal de St. Mary's.
Tras el examen, el Dr. Shepherd estaba preocupado por los bordes irregulares del lunar, y ayudó a concertar una cita para que lo retiraran días después en un procedimiento ambulatorio. Las pruebas revelaron que se trataba de melanoma, un tipo de cáncer de piel que puede propagarse a otras partes del cuerpo si no se diagnostica temprano. "Me eché a llorar", dice Diel, pensando en su familia y en todos los hitos por venir. El Dr. Shepherd la ayudó a comprender su diagnóstico y cómo lo atenderían. "Si el melanoma se detecta en las primeras etapas, es tratable", dice.
Ansioso por solucionarlo, Diel se sometió a una segunda cirugía, seguida de más pruebas que incluyeron una tomografía computarizada y una tomografía PET para determinar los siguientes pasos. Ahora es vista regularmente por un dermatólogo y oncólogo médico "para vigilarlo", señala.
"Tuve mucha suerte", dice Diel, agradecida con su amiga por recomendarla al Dr. Shepherd y su familia, quienes la apoyaron en cada paso del camino. Ella señala que fue una experiencia emocional, y el equipo de St. Mary's la tranquilizó durante todo el proceso. "Fueron increíbles, todos ellos", dice ella.
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